lunes

Bibliofagia 1

Barthes, convulsión de la pérdida.
Es el discurso del centro pulsado de la emoción.
El espacio tiempo de la pasión.

En el amor, el sujeto agónico de la pérdida

o el sujeto atado al éxtasis del todo y

de la nada, iniciático y ebrio, inhábil ante el olvido y el dolor.
Su duelo es infinito y el decurso emocional es aislante para el ego.
Todo sufre en el sujeto amoroso de Barthes y la escritura es bálsamo.

Semejante a Kafka en su síndrome de robinson, ese todo que sufre es el origen de la palabra.

Lispector devora la ausencia con los sentidos, como Kafka.
Enambos hay un alma que se hunde en la vida apasionadamente.
Kafka apasionado no es una imagen habitual, se le cree mesurado, reprimido.
Y sin embargo, hay tanta pasión en su diario, arranca las palabras, dice, cada palabra, de su propio cuerpo.
La carne de "la manzana en la oscuridad", en Lispector, de la palabra rumiada, intencionada.

La muerte discurre en la vida, entrelazadas en la continuidad, distintamente en cada autor.

En Kafka, desesperación en la continuidad y la inercia, hundimiento en la dinámica grupal; en Cortázar, responsabilidad individual de que "el individuo se salve" (Entrevista http://www.youtube.com/watch?v=VEBOBW07sgo).


El sujeto cortaziano, "todos los mares el mar".

En Lispector el pulso vital del individuo progresa.
En "la manzana en la oscuridad", la imagen del criminal
perdido en el desierto agarrando a un pequeño pájaro
acompañándose del pájarillo hasta ahogarlo.
En esa imagen, la continuidad del hombre avanzando en el desierto,
huyendo también del crimen que ha cometido. A otra vida, el lado de allá en Cortázar, el más allá en Kafka, o el grado cero de la escritura en Barthes-