miércoles

identidad

Puede no ser lo mismo, y no lo es, ser irracional frente a no-razonable. En este caso, la suerte de toda individualidad, la suerte de la naturaleza, en fín, depende de su estatus de irracional en la conciencia razonadora.
El drama es: que la identidad es mera impresionabilidad ante la razón absolutista de la praxis.
Si la identidad no puede dejar de ser éticamente sensible; sólo hay una enseñanza posible; desde la imaginación original hasta un muestrario de lo otro. La única enseñanza posible es entonces: la enseñanza de lo ajeno siempre acompañada de la apertura a lo propio/original; desde la imaginación, el sueño y la creación hasta lo sencillamente otro; una educación desde la trágica postura del sabio ridículo, la tautología y el absurdo hasta lo inesperado. Y ello con el uso de conceptos que oscilen entre la muerte -invocable- y el ser de la gramática, ¿es posible?


Bitácora de Mar Ardau: WEBLOG

martes

Nausuicide

En el mar

insomne especular

peces que parpadean

bocas que miran

a un silencio

por

l

a

t i

d

o






miércoles

Libertad

no nacida
tu nombre marmóreo
deambula y murmura
cada vez más lejos

la voz llega ya
del otro lado del océano

-salen de cauce los rios-
rompe en costas de Europa

-salen a mirar los niños-
se derrama por tierras de Europa

se enreda en los árboles de Europa
-salen los pájaros del nido-

y llueven corazones en Europa.

Océano llega,

llega a la voz
de océano
a este lado,

llega ya la voz
a este lado del océano.

La risa de los inmortales

En el aire estelar de las alturas, más allá de las nubes celosas que guardan la lluvia y degeneran en vertical el uso abusivo de aspersores, los jardines son habitaciones de madrugada, de los que han huído los colores y los rostros.

Allí resuena una composición sin origen que envuelve el éter con notas graves y sentenciosas. No luce el sol.

Se cuelgan los inmortales de las estrellas y su risa se descuelga hasta nosotros, se enreda en los puentes de luces de los teatros y en las farolas de las calles, se presenta en la boca de los actores, se la comen a besos los amantes, se posa imperceptible y enceniza las flores de papel.

domingo

dioss

K. -el personaje de las novelas de Kafka-
siempre se ve manipulado por los demás.
Su agencia es tan pobre, pero lucha tanto.


He soñado otra vez con Dios. Yo no creo en Dios, es una frase que considero tan inconsecuente como su contraria.
Sueño representaciones de cosas.
Sueño que Dios me visita para explicarme lo que está pasando.

Y Dios sólo me dice que esto no es responsabilidad suya.
Y me enseña lo que hay. Me enseña que el mundo es inmenso
que llevo un pequeño jardín dentro de mí, tiempo acotado.
Y veo.

Nunca he creído en Dios, o siempre.
No importa. Sueño con ello.